Embutidos son un tipo de carne que se encuentra en una gran variedad de alimentos, desde salchichas y chorizo, hasta paté y jamón. Aunque pueden ser una parte saludable de una dieta, existen ciertos riesgos asociados con el consumo de embutidos durante el embarazo.
Los embutidos pueden estar hechos de carne de res, de cerdo o de aves de corral, y pueden estar aderezados con especias, vinagre y otros ingredientes. La carne de los embutidos no se cuece, sino que se mantiene cruda y se envuelve en una envoltura de tripa o de piel.
Los embutidos pueden ser una fuente de bacterias nocivas, como la Listeria monocytogenes, que pueden causar una infección grave llamada listeriosis. Las mujeres embarazadas son particularmente susceptibles a esta infección, ya que puede causar daño al bebé en desarrollo.
Los embutidos también pueden contener altos niveles de nitritos y nitratos, que se usan como conservantes. Estos compuestos pueden convertirse en nitrosaminas, que son cancerígenos.
Por estas razones, se recomienda evitar el consumo de embutidos durante el embarazo. Si desea consumirlos, es importante asegurarse de que estén hechos con carne cocida y de que sean frescos.
Qué embutidos no se pueden comer en el embarazo
Los embutidos son uno de los alimentos que más dudas suscitan a las mujeres embarazadas. Y es que, por un lado, están prohibidos por los médicos y, por otro, muchas de ellas no pueden renunciar a ellos. Si eres de las que no puede dejar de comerlos, debes saber cuáles son los más saludables y cuáles debes evitar.
Los embutidos más recomendados durante el embarazo son el jamón cocido, el jamón serrano y el lomo embuchado. Son carnes magras, que no contienen mucha grasa y están cocidas, por lo que son más fáciles de digerir.
Sin embargo, hay algunos embutidos que debes evitar durante el embarazo, como el chorizo, la salchicha o el lomo embuchado. Son carnes grasas y difíciles de digerir, además de que pueden estar mal cocidas y, por tanto, causar intoxicación alimentaria.
Por qué las embarazadas no deben comer jamón
Las mujeres embarazadas deben evitar el consumo de jamón y otros productos de carne cruda o poco cocida debido al riesgo de contraer toxoplasmosis. La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria que puede ser muy peligrosa para el bebé en desarrollo, ya que puede causar daños cerebrales, retraso mental, daños oculares e incluso la muerte. Si bien la toxoplasmosis es generalmente leve o asintomática en adultos, puede ser muy peligrosa para el feto o el bebé que todavía está en desarrollo. El principal riesgo de contraer toxoplasmosis durante el embarazo es comer carne cruda o poco cocida que esté contaminada con toxoplasma.
Los embutidos contienen mucha carne y grasa, lo cual no es recomendable para las embarazadas. También pueden estar contaminados con bacterias que pueden ser peligrosas para el bebé.